Hoy, vamos a hacer algo de memoria.
Vamos a regresar en el tiempo hasta el siglo XIX. A muchos de nosotros nos entusiasma esa época.
Solemos ver su lado más bonito. Pero nos olvidamos de su peor cara. Hubo muchos conflictos en casi todos los países del globo terráqueo. España no se libró de dichos conflictos. Se vivieron tiempos muy convulsos. Hoy, me gustaría hablaros de los malcontents.
Corría el mes de septiembre de 1827. El
25 de agosto se proclamó la guerra de los Agraviados, o de los malcontents. Agustín Saperes se había
pronunciado con un Manifiesto.
El
problema venía gestándose desde hacía ya dos años. El año anterior se publicó
el reglamento para los Cuerpos Voluntarios Realistas.
Y
no le había gustado nada a los ultrarrealistas.
En
el Manifiesto se pedía, además, el retorno de la Inquisición. Ésta
había sido abolida quince años antes en las Cortes de Cádiz.
A oídos de los altos mandos llegaron
noticias de que se había establecido en Manresa la Junta Suprema Provisional de
Gobierno del Principado de Cataluña. Poco a poco, empezaron a ir ganando
terreno. Ocuparon territorios como Vich. Cervera… Reus…
Gerona
estaba siendo asediada.
Lo
mismo estaba pasando en Tarragona.
Lo
malo era que otros territorios se estaban uniendo a la revuelta. Entre ellos
estaba Córdoba, el País Vasco, el Maestrazgo y Aragón. El Gobierno no vaciló a
la hora de actuar.
El Marqués de Campo Sagrado fue depuesto el 14 de
septiembre de
El 23 de
septiembre, el Conde llegó a Tortosa. Se inició la lucha por entrar en la
ciudad asediada de Tarragona.
El 28 de
septiembre, el Conde de España y el Rey Fernando entraron en Tarragona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario