lunes, 13 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi blog novela Una pareja enamorada. 
Gerard sigue adelante con su esfuerzo en conquistar el corazón de la esquiva Susan. ¿Lo conseguirá?

-Celebro verla nuevamente, miss Cole-saludó Gerard a Susan.
                       Aquella vez, Susan no pudo esconderse en la rama más alta de un árbol de la isla.
                       Gerard había sido más rápido que ella. Los dos se habían encontrado cuando Susan había salido a dar su acostumbrado paseo. Pensó, estúpidamente, en fingir que no le había visto.
                         Pero habría sido inútil. Fulminó a Gerard con la mirada.
-Usted parece empeñado en acosarme-le espetó.
-También he salido a dar un paseo-le aseguró Gerard-Hace un Sol espléndido. Apetece pasear.
-Ya me ha saludado. Siga mi camino.
                           Susan quiso seguir caminando.
                           Pero Gerard se interpuso.
                          Susan sintió cómo la furia se apoderaba de ella.
                           Una furia que fue a más cuando Gerard le cogió una mano y se la besó.
                          Pensó que aquel hombre no tenía vergüenza. Lo único que buscaba era hacerle daño. ¿Acaso creía que era una tonta como lo había sido su madre?
-Le ruego que me deje ir-le ordenó más bien con voz fría.
-Tan sólo quiero hablar con usted un rato, miss Cole-le pidió Gerard-No quiero que me mire como me mira siempre. Entiendo que despierte su desconfianza. Pero no le haría nunca daño.
                           Está mintiendo, pensó Susan. Todos los hombres eran unos mentirosos. Era una lección que le había enseñado la vida.
                          A pesar de su cara roja por el enfado, Gerard pensó que nunca antes la había visto más hermosa. Llevaba puesto un vestido a la moda de color blanco. Sus ojos le brillaban de un modo inusual. En algún rincón de su ser, Susan se alegraba de ver a Gerard. El joven quería pensar que podía haber una esperanza. Era cuestión de tiempo. Lograría derribar la barrera que Susan había construido a su alrededor.
                        No sabía el porqué sentía que Susan Cole era la mujer que llevaba esperando toda su vida.
-Susan...-la llamó-Déjeme que la haga feliz.
-¡Es usted un canalla!-le escupió ella.
-Se lo ruego. Le juro que nunca le haría daño.
-¡Está mintiendo!
                          Susan tuvo el fugaz recuerdo de su madre,quién se había dejado embaucar por los besos que le había brindado un miserable.
                          Alguien que la abandonó a su suerte en cuanto se cansó de ella.
                          Gerard atrajo a Susan con suavidad hacia él.
                          Todo ocurrió muy deprisa.
                           De pronto...
                          Los labios de Gerard se apoderaron de los labios de Susan.
                          La joven abrió los ojos de manera desmesurada.
                          ¿Por qué aquel malnacido la besaba? ¿Por qué la estaba besando?
                         ¿Y por qué ella no se separaba de él?
                         Porque los labios de Gerard eran suaves.
                         La estaba besando con extrema delicadeza. Parecía querer beber de la suavidad de los labios de Susan.
                          ¿Dónde estaba su sentido común?
                          Fue un beso cargado de dulzura. Gerard era bueno besando.
                          ¿Por qué pensaba eso?
                          ¿Por qué se estaba dejando besar por aquel canalla?
                          Porque soy una maldita mujerzuela, pensó Susan con tristeza.

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