jueves, 30 de julio de 2015

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
El fragmento de hoy de Una pareja enamorada es muy corto, pero no por ello deja de tener su interés.
La carta que les escribió hace algún tiempo Gerard a su familia llega a su destino.
¡Veamos qué ocurre!

                            Lord Ford llevaba algún tiempo encerrado en su mansión, situada en el lujoso barrio de Mayfair, sin querer salir a la calle.
-Excelencia...-le llamó el mayordomo.
-¿Han venido a verme los acreedores?-preguntó, nervioso, el vizconde.
                           Se hallaba acostado en su cama. Su mayordomo le había curado las heridas que le ocasionaron dos matones enviados por un acreedor que le propinaron una brutal paliza.
                            Sólo quedaba en su casa el mayordomo y la cocinera. El resto de la servidumbre se había marchado porque no les pagaba.
                           Lord Ford se había jurado así mismo que nunca más volvería a apostar.
-Ha recibido una carta de su sobrino, señor-respondió el mayordomo.
-¿Me ha mandado dinero?-quiso saber lord Ford-Necesito ese dinero más que nunca.
                            Había cometido la locura de ir a las carreras de Ascot. Apostó una fuerte suma de dinero. ¡Había creído que aquel alazán ganaría una de las carreras!
                           Lo malo de todo fue que el alazán por el que apostó llegó en último lugar. El vizconde dependía de Gerard.
-No lo sé, milord-contestó el mayordomo.
                           Le tendió el sobre. Lo cierto era que toda la familia dependía económicamente de Gerard. El joven había demostrado poseer una madurez que le faltaba a todos los miembros del clan Welles.
                           Trabajaba como secretario para un anciano. Por supuesto, los padres de Gerard, el hermano y la cuñada del vizconde, no iban a decir que su hijo estaba trabajando. Habían contado que Gerard estaba de viaje, recorriendo Europa. Aunque nadie se lo creía.
                          Todo el mundo sabía que a Gerard no le gustaba nada viajar. Era el más tranquilo de su alocada familia.
-Veamos qué me cuenta mi sobrino favorito-canturreó el vizconde.
                         Abrió con su propia mano el sobre.
                         Extrajo una hoja de papel doblada. La desdobló. Empezó a leer.
-¿Le ocurre algo, Excelencia?-le preguntó el mayordomo.
                         A medida que iba leyendo, lord Ford se estaba poniendo cada vez más blanco.
-¡No puede ser!-respondió gritando-¡Se ha vuelto loco!
-¿El qué no puede ser, milord?-se extrañó el mayordomo-¿Le ocurre algo al joven Gerard?
                         Lord Ford se desmayó. Por suerte, estaba acostado. Aún así, el mayordomo se asustó.
                         Salió corriendo de la habitación. Fue al gabinete donde estaba la vizcondesa. La mujer yacía en el sofá, asistida por su doncella, quién le pasaba paños empapados en perfume por la frente. Desde que se casó con el vizconde, lady Ford padecía de fuertes migrañas.
-¡Excelencia!-exclamó el mayordomo, entrando a toda prisa y sin llamar en el gabinete-Le ruego que me dispense. Se trata de su marido.
-Por favor...-le pidió la vizcondesa-No me digas que le han vuelto a dar otra paliza.
-Se ha desmayado.
-Dada la situación en la que estamos, me extraña que no se haya pegado un tiro, como hizo mi padre. Coge mis sales.
                          Era evidente que lady Ford no tenía muchas ganas de hablar con nadie en aquellos momentos. Maldecía el día en el que aceptó casarse con aquel irresponsable. Habría sido mejor haber aceptado un trabajo de institutriz en vez de convertirse en la esposa de alguien que se dedicaba a hundir a su familia en el fango.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hola Laura! Pasaba a saludarte y mencionar que estoy leyendo el blog. La historia de Susan y Gerard es buena. Oh, quiero saber qué sigue.

    Un beso.

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    1. Hola Jennieh.
      ¡Qué sorpresa más agradable! Me alegro muchísimo que te esté gustando. Es una historia que tenía a medias, pero me he animado a terminarla en forma de blog novela.
      Susan es muy cabezota y Gerard es muy romántico. La época en la que transcurre es de mis favoritas, la Regencia. El mundo de las apariencias, más bien.
      ¡Muchísimas gracias por pasarte!
      Un fuerte abrazo.
      Y disfruta de lo que viene.

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