sábado, 2 de enero de 2016

UNA PAREJA ENAMORADA

Hola a todos.
Antes que nada, ¡feliz Año Nuevo!
Este año que acaba de empezar se presenta, en algunos casos, oscuro, pero también emocionante.
¡Todo puede pasar! Y yo deseo con toda mi fuerzas que sólo ocurran cosas buenas.
¿Qué mejor manera de empezar el año que con un nuevo fragmento de Una pareja enamorada?
¡Veamos qué ocurre!

                            Gerard sólo había visto en una ocasión a Susan.
                           Había salido a dar un paseo por la orilla del río Támesis. Pero no iba sola.
                          Aquellas tres desconocidas la acompañaban. Resultaba inútil acercarse a ella. Intentar entablar conversación alguna con ella.
                          Eran las primas de Susan. Mister Jeremiah se lo había contado. Lord Ford también se lo había explicado. Lo hizo cuando Gerard le encontró acostado en su cama, recuperándose de una fuerte resaca. La noche anterior, había salido. Había ido a Abingdon. Había regresado a altas horas de la madrugada muy borracho.
 -Tiene familia la bastarda-le contó lord Ford tras haber vomitado por tercera vez encima de su sobrino.
-¡Vete a la mierda!-le escupió Gerard, mientras se quitaba la chaqueta.
-Han venido sus primas. La familia...
-¿Qué estás diciendo?
-Tiene familia. Las tres jóvenes que se hospedan en su casa son sus primas. Quieren conocerla. Y, a lo mejor, aceptarla en la familia. Eso creo.
-Será mejor que te calles. Iré a cambiarme de ropa. ¡Me das asco!
                        Gerard decidió acercarse a saludar.
                        Aquellas tres desconocidas debían de saber quién era él.
                        Susan se quedó helada cuando vio a Gerard acercarse a ella. El joven caminaba con aire resuelto. Llegó a la altura donde estaban ellas.
                        Las primas de la joven se quedaron mirándola. Querían saber quién era aquel apuesto joven. Gerard las saludó haciendo una cortés y profunda reverencia. Susan se sintió obligada a hacer las presentaciones.
                         No sabía cómo definir su relación con Gerard.
-Le presento a mis primas-dijo-Lady Arianne...
-¿Quién es este apuesto joven?-quiso saber la aludida.
-Es un vecino de la isla.
-Susie...-la llamó Gerard con la voz rota-¿Sólo soy eso para ti?
-¡Dios mío!-exclamó Gaelen-¡Es tu novio! ¿No es así?
-No...-contestó Susan, entre titubeos-Esto...Él...No...
-¡Te has puesto roja!-palmoteó Danielle-¡Es tu prometido! Dime una cosa. ¿Cuándo os vais a casar?
-Pronto...-contestó Gerard.
                         Las primas de Susan empezaron a aplaudir.
                        Danielle la abrazó.
                         Susan estaba helada. ¿Cómo se atrevía Gerard a decir que se iban a casar? ¿Y cuándo se iban a casar?
                        Sus primas la acribillaron a preguntas. Querían saberlo todo acerca del joven que quería casarse con ella. Danielle habló de celebrar la boda en la Iglesia de San Jorge. Decía que Susan merecía casarse en Londres.

 

-Espere un poco-se exasperó Susan-¡No hemos hablado de boda!
-Yo sueño con casarme contigo-se sinceró Gerard-¡Y quiero que nos casemos este año!
-Pero...
-Tendrá que hablarlo antes con mi tía-intervino Arianne-Mi prima ha sufrido mucho. Es demasiado buena. Nosotras hemos llegado a conocerla. Es muy fácil quererla. No tiene la culpa de haber sido engendrada por un hijo de perra.
-La admiro, milady-dijo Gerard-Se nota que quiere a Susie. Yo daría la vida por ella. Por eso...Quiero que nos casemos. ¡Cuanto antes! Me da igual lo que diga la gente. ¡Me da igual todo!
-¡La Iglesia de San Jorge!-insistió Danielle-La boda tiene que celebrarse allí. Pensadlo bien.
-De acuerdo...Se celebrará allí la boda.

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